(“El Boletin“, jueves 31 de enero 2013)
Madrid es una ciudad futurista en la que los corruptos cruzan el cielo a bordo de sus aparatos con alas, tantos son que en hora punta se oscurece el sol debido a la densidad del tráfico aéreo; y por eso llueve menos en Madrid, y por eso en ocasiones la línea del cielo se tiñe de marrón.
Vistos desde arriba los madrileños se asemejan a hormigas que entran y salen del metro sin saber lo que se cuece por las alturas. Pero no olvidemos que el cielo está tomado por pequeñas avionetas pilotadas por corruptos, la mas llamativa es la de Bárcenas que llevaba varios días amenazando con hacer un picado sobre Génova y arrojar toda su carga. Se veía venir debido a sus continuos vuelos en círculo, en uno de ellos la Estatua de Colón que domina la plaza se tuvo que agachar, y en otro casi colisiona con Revenga que salía a toda mecha de Zarzuela.
Bárcenas ha decidido que había llegado la hora de tirar basura y ha empezado a dejar caer hojas con anotaciones que tienen pagos, nombres y apellidos. Hay de todo, cada gaviota que aguante su vela en lenguaje Cospedal; hay un apartado “Trajes Mariano” que a Camps le va a provocar una sonrisa. Bárcenas planea sobre sus antiguos compañeros por despecho y para entorpecer la labor de investigación interna que hace el PP. Bárcenas es una liebre con alas y la investigación interna del PP la hace una tortuga con las rodillas cansadas pero eligieron a una tortuga, conste.
En las torres del PP han instalado unos focos antiaéreos para controlar las pasadas nocturnas de Bárcenas y también una brigadilla de información que escucha lo que se dice y lee lo que se escribe para tramitar las oportunas demandas contra los que se pasen, o mejor se “sobre-pasen”. Génova es la fortaleza de “55 Días en Pekín” pero sin Ava Gadner dentro, y como siempre que hay peligro se dan extrañas alianzas, algunas muy contra natura. Con Bárcenas están aquellos que no aparecen en la contabilidad, quienes ven con recelo a la cúpula de Génova; no es lo mismo la sombra del vuelo de Bárcenas sobre Cospedal que sobre Soraya vicepresidenta.
Tampoco es muy difícil pensar en aquellos que salen de rositas porque no están citados en el cuaderno del “piloto”, es fácil imaginar los que son y de qué manera se postulan para “ayudar” a Rajoy a quitarle el peso de la púrpura. Las buenas intenciones son calladas con las páginas de los asientos contables de un cuaderno que va soltando tinta. Bárcenas da pasadas esta mañana por encima de los tejados de Chueca y su aparato a motor ruge un “brrrr” de mosquito pesado. Algunos le querrían en Suiza perdido en algún remonte pero mientras le quede combustible no parará de hacer sonar la avioneta.
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