Entradas en marzo, 2009


Faunos y ninfas en Pozuelo

marzo 31st, 2009 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Sin ánimo de faltar no es lo mismo un calendario en pelota de obreros de la siderometalurgia que la foto de unos modelos que no han cobrado. En ambos casos se busca arte pero sólo en uno de ellos se logra la perfección, tal es el caso de los trabajadores de la agencia Promodelia que protestan ante el abandono municipal. A ojos del viandante una alegría, oiga. Más que un castigo es un regalo que le hacen al Ayuntamiento de Pozuelo y sin merecerlo.
En el momento de la foto hacía un “frío-feo”, por eso apenas un ombligo al aire que ya es enseñar mucha carne. La semana pasada unos ecologistas se marcaron un desnudo en la Puerta del Sol para protestar por la matanza de focas, digna causa, por lo tanto no debe extrañar que los modelos también reclamen su parte alícuota de la actualidad dejándose “la piel en el pellejo”, (como dijo un día la inefable Mazagatos, Mari Sophie de las Jons). Otra cosa es que hayan conseguido ablandar la voluntad del alcalde que andará en sus asuntos y cuando se está de servicio ni se bebe ni se mira con deseo.
Lo suyo sería que los ciudadanos perdiéramos el pudor y mostrásemos nuestro cuerpo mejor que pedir el libro de reclamaciones, (porque cuando te lo traen ha pasado mucho tiempo y encima el boli no escribe). Sería mundial ver un andén de cercanías con viajeros sin pantalones reclamando la mejora en la red a Magdalena Álvarez, o unos sindicalitas en bolas tras el consejero Güemes que huiría aterrorizado, no tanto por los gritos sino por los frotamientos que le iban a dar. Ombligos al aire también para reclamar en la ventanilla de la Caja de Castilla La Mancha y de esa manera decirle a Moltó: “¡míreme a los ojos!”, porque si mira a otra parte se le iban a erizar los pelillos del bigote modelo De la Cuadra Salcedo. En porreta picada los trabajadores del metro que reclaman mejoras salariales, seguro que el personal se entretendría más de la cuenta con la taquillera.
Sería un punto de humor que Tomás Gómez acudiera con un jersey a la reunión que tiene esta mañana con Aguirre para desbloquear Caja Madrid, y en un momento de la charla le enseñara el ombligo ya para desbloquear del todo la situación.
Al final se nos va el santo al cielo y olvidamos que lo mollar es que a estos modelos de la agencia les deben una pasta. Pues punto y pelota.

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Apto para todos los públicos

marzo 30th, 2009 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Lazos blancos, gorras rojas y voces agudas, las que gritaban un grupo de niñas de dieciséis años cogidas a una de las pancartas, (tienen la edad en la que podrían abortar con la reforma de la Ley). A falta de políticos conocidos al frente de la manifestación iba el niño Francisco de Asís que con nueve meses se convertía en el bebé más joven que ha llorado contra Aído, su madre Blanca le mecía en el carrito para que se durmiera pero el griterío era intenso. Por unos minutos la calle Alcalá se llenaba de gente anónima como Paloma, (veintitrés años), y sus amigos: María, David, Carlos, cada uno con una pancarta en la que se recordaba el resultado más crudo del aborto, ese lado atroz que se convierte en relato de casquería humana. “En España se practica un aborto cada cinco minutos”, decía el cartel que llevaba Paloma. Todos ellos acudían no tanto para reclamar contra la reforma de la Ley sino para hacer una enmienda a la totalidad. Eran tantos y convocados de manera tan dispar que se trata de la primera manifestación popular contra Zapatero en las calles de la capital; un río de descontentos desafiaba la mañana fría, el cambio horario y el riego automático del Ayuntamiento de Madrid que mojó a quienes osaron subirse a los jardines.
Hubo políticos del PP como Martínez Pujalte, Álvarez del Manzano, Luís Peral o Jorge Fernández, pero iban de a título personal como se encargaban de subrayar con rotulador fluorescente cuando se les preguntaba. El ancho de la calle eran familias, señoras de edad en grupos de dos y padres con niños pequeños sobre los hombros. Pujalte caminaba entre manifestantes y el público de las orillas por no aparecer mucho en la foto, los políticos no saben actuar cuando la iniciativa particular les arrebata el protagonismo.
Bibiana Aído se libró de la cólera porque tiene un nombre de rima complicada, pero a la altura de Banco de España se gritaba “¡Zapatero dimisión!”, un canto que llegaba hasta el único representante socialista, el concejal sevillano Joaquín Manuel Montero en cuyos oídos retumbaba su conciencia batallando con los gritos. Montero era la nota discordante pero aguantó el tipo hasta subir al estrado donde se leyeron manifiestos de cierre mezclados con canciones de Bebe y de Los Secretos en los altavoces.
La plataforma “Hazte Oír” fletó un autobús de dos pisos desde el que se distribuían gorras y camisetas a petición del oyente, antes de arrojarlas se preguntaba por la talla del usuario. A pie de calle unos jóvenes, entre ellos Paolo, pasaban la hucha para solicitar la voluntad por las prendas repartidas. La nota de color la daba un hombre anuncio vestido de enorme corazón con piernas y un tipo con careta comprada en la exposición de “Star Wars” con un cartel de: “no caigas en el lado oscuro”. José Castro, responsable de una de las plataformas convocantes, hacía de “speaker” megáfono en mano.
No eran tantos como para formar ese medio millón de personas pero sí eran multitud, de tal manera que rodearon a Neptuno y provocaron la curiosidad de los turistas que hacen el paseo entre el Thyssen y El Prado. Con sus gorras rojas eran el primer movimiento de “no alineados” en las calles de Madrid.

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Míreme a los ojos

marzo 29th, 2009 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Las tardes de los domingos sin fútbol son largas igual que un viaje en barco, y más cuando cambian la hora y el cielo no termina de pasar. Así que un flash informativo sacaba a Solbes de la siesta para ponerlo en la mesa del consejo de Ministros para luego explicarnos que el Gobierno ha intervenido la Caja de Castilla La Mancha. Y de esa manera, como se anuncian los penaltis en los campos de España, De la Vega y Solbes aparecen en pantalla precedidos de una ráfaga tecno como son todas las que pregonan una noticia de última hora.

Hernández Moltó, al que se le ha caído el chiringuito, era el mismo que en su día le espetó a Mariano Rubio aquello de: “¡míreme a los ojos!”. Desde entonces hasta la fecha han transcurrido unos millones de años y de euros. Si Roberto Calvi fue llamado “el banquero de Dios”, Moltó ejercía de responsable del Banco Ambrosiano de los socialistas manchegos. Si no hubiera sido por la intervención dominical podría haber completado una fusión con Unicaja que le habría consagrado en el futuro.

El sistema financiero se vuelve peonza y nos tiene en un suspense que no acaba nunca, pero Solbes sale en la tele para decir que tampoco es para tanto, claro, y por eso se quitó el batín y las zapatillas para acudir a La Moncloa cuando la siesta de los domingos debería ser de obligado cumplimiento.

Da la impresión de que al Gobierno le lanzan tantos penaltis que no tiene tiempo de ver por dónde le entran los goles. Y lo que es peor: ni un domingo se respeta. Esta semana santa las saetas se las van a cantar a Zapatero que lleva la cruz más grande.
Eso es competencia desleal al cine español, una falta de respeto a los lugares de ocio porque si no es para tanto tampoco es para suspender la programación. Pidamos estabilidad en el sistema, (no tanto de forma egoísta porque garanticen nuestros depósitos), sino por la tranquilidad de Pedro Solbes.

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Un mundo con pocas “luces”

marzo 29th, 2009 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Basados en esa idea tan tierna como infantil de que un pequeño gesto consigue un gran cambio, se puso en marcha ayer la idea de apagar la luz una hora para salvar al planeta del calentamiento global. Es loable, resulta hermoso, pero no me lo creo, lo siento.
El primer punto del planeta en quedarse a oscuras fueron las Islas Chatham que están según se mira Nueva Zelanda hacia la derecha, (al este). Y desde ahí una gran sombra se fue prolongando por el globo terráqueo. La idea era apagar la luz durante una hora para emitir menos carbono a la atmósfera, y aunque el consumo se redujo durante ese tiempo no parece que la Tierra haya amanecido con mejor color. Hay edificios gigantescos, torres de oficinas en medio mundo, donde caben todos los habitantes de las Islas Chatham, (apenas seiscientos), y sobra sitio para algunos más. Está por ver el día en el que los políticos renuncien aunque sea sólo un rato a su coche oficial y prueben con una emoción tan exótica como es coger el transporte público; entonces empezaré a pensar que el cambio climático es posible.
Una hora de apagón para acto seguido continuar con el derroche acostumbrado es un acto curioso, entrañable, pero vacío de contenido. Somos unos derrochadores compulsivos que no estamos dispuestos a ceder nuestros niveles de consumo energético. Por otra parte es verdad que ahora no se le puede pedir al personal que renuncie a su coche, o que rebaje la calefacción de sus casas. Ha costado tanto llegar a este nivel de confort que renunciar a él es tarea imposible.
Un solo hombre con poder para apretar un botón nuclear puede provocar una contaminación más prolongada que un millón de “curritos” en el atasco de todas las mañanas. Se empieza por convocar una hora de apagón y se termina por pedir un euro por los bancos en crisis, (este ejemplo no vale porque ya se le ha ocurrido a alguien). Da la impresión de que el derroche es una actividad en manos de unos pocos pero la solución al mismo depende de todos; reparto del marrón se llama.
A diario cortamos árboles para hacer papel, extraemos carbón para generar electricidad, ponemos en marcha motores de vehículos, calderas de gas, y así hasta completar un círculo de tareas contaminantes que nos van a estrangular el día menos pensado. La solución no es apagar la luz del salón porque lo diga el Telediario, eso es un parche ideado por algún voluntarioso cabecilla de la nueva progresía.
El cambio de verdad está en aprender unos nuevos hábitos de consumo. Pobres de África, Asia y América prolongan ese apagón todos los días, ellos no lo hacen por salvar el planeta, (les bastaría con salvarse ellos mismos).

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Julio Anguita

marzo 25th, 2009 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Le decía Rafael Gómez “El Gallo” a Manuel Cháves Nogales, (autor de uno de los mejores libros del siglo XX: “Juan Belmonte, matador de toros): “fíjese usted si fuimos amigos Juan y yo que podíamos estar cinco horas en el campo sin hablarnos, y éramos amigos”. Ese respeto se lo tengo a Julio Anguita, quizá porque ambos somos de Córdoba y porque a ambos nos gusta la reflexión por encima del ruido y de una política de titulares sonoros pero de ideas vacías que mueren cuando amarillea el papel del periódico del día anterior.
A Julio siempre se le ha tenido respeto porque es hombre de palabra, es decir un antiguo porque no se conoce político que sea capaz de aguantar su propia hemeroteca; Julio sí. He visto como le han parado por la calle para decirle que le admiraban pero no le votaban, (“yo estaba más en las hornacinas que en las urnas”, decía en privado). Esa admiración, incluso por parte de personas que votaban a la derecha, era una forma de admitir que había alguien distinto pero su ejemplo daba miedo porque era una amenaza. Una persona tan íntegra era un ejemplo perverso; aún hoy hay quienes tiemblan cuando se escucha el runrún de la vuelta de Julio Anguita, cuestión descartada por él.
El hombre que le gusta citar a otro cordobés, el obispo Osio, (que fue capaz de echarle un par al emperador Constancio), también le echó valor para unir a comunistas y otras sensibilidades de la izquierda para que IU llegara a su techo electoral con dos millones seiscientos mil votos, sin el método D´Hont hubieran sido más de cuarenta escaños en el Congreso. También fue capaz de plantear, y ganar la batalla, a Santiago Carrillo, a Comisiones Obreras y a la cúpula del PCE en un Congreso a sangre y fuego. Además, fue la cabeza de un hermoso proyecto en el que no todos sus responsables estuvieron a la altura, (mirarse en el espejo de Julio Anguita es muy complicado). Le intentaron matar con una “pinza” pero salió indemne de una operación maquiavélica que se montó en el restaurante “La Ancha” de Madrid.
Julio fue el primer alcalde comunista de capital española, y aún siendo fervoroso marxista nunca prohibió la presencia de crucifijos en los despachos. A fin de cuentas admite haberse criado en la cultura católica que bien conoce porque se preparó con los trinitarios. Y nunca ha renegado de su condición de español, republicano y federal.
Un día decidió dejarlo todo porque la salud le había mandado un recado serio. No se rindió, al revés, volvió a dar clase y a seguir en el estudio de la Historia. Pudo haber sido doctor en esa materia pero la política le robó sus mejores años de plenitud. Pudo haber llevado una vida más discreta para lo que se podía esperar de lo que entonces de llamaba un “maestro de escuela”, en Nueva Carteya, Córdoba.
Un día se las tuvo tiesas con un obispo cordobés que por fallecido omitiré su nombre. Entonces le mandó una carta en la que decía: “disculpe pero yo soy su alcalde, pero usted no es mi obispo”. La sangre hubiera llegado al patio de los naranjos de la Mezquita de no ser porque el obispo se dio cuenta de que enfrente tenía a un joven y contumaz rebelde. De haber coincidido en el mismo siglo Osio y él habrían sido grandes amigos, siempre que Osio hubiera tenido el nivel suficiente para jugar bien al dominó, (otro de los deportes intelectuales que practica Julio Anguita, de oficio paseante y de corazón enorme, rojo por supuesto). Un buen alumno de Gramsci.

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Licencia para guisar

marzo 24th, 2009 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Por encima de la Ley no puede haber nada, (salvo el cocido de Lhardy) que es un asunto de gran respeto entre madrileños y de enorme devoción para ilustres visitantes. Antes de que Madrid fuera Comunidad, ya estaba Lhardy; antes de que Madrid fuera de José Tomás ya se había celebrado un almuerzo homenaje a Manolete. Todavía eran españolas Cuba y Filipinas cuando en 1839 Emilio Lhardy funda el restaurante. Cuando en Madrid apenas había cincuenta números de teléfono, uno de ellos era el de Lhardy. Este local singular de la Carrera de San Jerónimo es el enlace entre Carlos III y Madrid 2016 contado plato a plato que es una medida de tiempo no reconocida por la Física pero que todo el mundo entiende.
Allí han comido reyes y republicanos, rojos y nacionales, cursis y postmodernos, todos ellos unidos por el garbanzo que es nuestra seña de identidad. De manera incomprensible no se sabe por qué no figura su ele mayúscula dentro de una de las estrellas de Madrid. A ver si estos políticos dejan de pelearse por lo urgente y se ocupan de lo importante, como decía Mafalda.
Lhardy no ha sido ajeno a los acontecimientos que ha vivido Madrid, y si tocaba fiesta o racionamiento se notó en su carta. Y, ahora, en estos tiempos de licencias que tardan tanto en concederse que se terminan por pasar y pierden sabor, Lardhy no ha sido ajeno. Un día tras otro hasta que han transcurrido catorce años sin la oportuna “papela” para despachar a los clientes. Es lo que le faltaba a este centenario lugar: vivir en la ilegalidad y echarse al monte no a por níscalos sino para evitar inspectores del Ayuntamiento.
Consta que el alcalde ha realizado más de un almuerzo en ese lugar pero cuando Gallardón acudía se provocaba una amnesia temporal en función de la cuchara, es decir que ni el alcalde recordaba lo de la licencia, ni el maitre sacaba el tema porque, (insisto), cuando hay cocido de por medio sobran las palabras porque la boca se tiene que ocupar de algo más importante. Por lo tanto se demuestra que la aplicación a rajatabla de la normativa municipal es un desvarío: imaginar el cierre de Lhardy por falta de documentación habría sido como desmontar la Torre Eiffel para apretar sus tornillos.

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La muerte a cámara lenta

marzo 23rd, 2009 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Seamos sinceros: no hay ética, esto es televisión. Y el que esté libre de pecado que tire el primer mando a distancia, o renuncie a su tertulia favorita. Jade Goody se tomó en serio su categoría de “gran hermana” y narró hasta la última gota de “share” el final agónico de un cáncer abrasivo que le derrumbó mientras de su cuerpo salían los títulos de crédito camino del más allá. Justo lo que siempre había querido, tan cierto como duro. Quiso que la fama le acompañara hasta el final y su deseo se ha cumplido porque el morbo da tanta audiencia como para que los mismos que ahora lloran su muerte en su día se rieran de ella como un juguete roto. Hizo todo lo que pudo para vengarse de la condición de patito feo que le habían puesto en el concurso y su agonía final ha tenido el dramatismo que sólo sabían crear las grandes del cine negro. Vivió como una “cualquiera” pero murió como un cisne, y lo que es mejor sin saber quién era Tchaikovsky.

Goody ha muerto pero se los ha llevado por delante, a ese ejército de fariseos que se escandalizan por las audiencias que da una moribunda, y que no renuncian a poner publicidad entre sesión de quimioterapia y traslado en ambulancia. Querían cuota de pantalla, buscaban acumular audiencia y lo han conseguido. No es que el sistema sea perverso, es que igual no habíamos querido ver que era así, a mayor dolor más ingresos. Parodiando a Gila: “¡me habéis matado a una hija… pero la cantidad de pastillas para adelgazar que he vendido!”.

Otros venden la entrepierna, el corazón o mercadean con las noticias de manera lacrimógena; en cambio Jade Goody lo hizo con su enfermedad. Lo que acongoja es que quizá no todo el mundo tendrá un ligue con famoso, o se sentará en el consejo de administración de una entidad financiera, pero sí todos vamos a pasar por el hoyo. De ahí que la muerte de Goody haya provocado unas declaraciones oficiales de Gordon Brown. Si no hubiera sido por el concurso nadie habría escrito una sola línea de ella, pero todo le cambió cuando se encumbró como una “slumdog millonaire”.

Admitamos que si en lugar de caer enferma se hubiera recuperado ese milagro no habría tenido tanta audiencia. Es la tragedia, el morbo, el dolor y la muerte la que le han encumbrado.
No estaría mal colocar este cartel en los autobuses de la City: “probablemente la televisión no exista, haz de tu capa un sayo”.

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Los indios de Serrano

marzo 23rd, 2009 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

A la altura del cruce con Hermanos Bécquer, justo donde está la embajada de los “estates”, a la calle Serrano le han cambiado el nombre por la calle de Mecachis. Es lo menos que dicen los conductores que olvidan las obras y se ven atrapados en carriles de singular trazado en los que hacen su peculiar slalom los autobuses de la EMT transformados en vehículos del París-Dákar. Pero una vez asimilado que al conductor madrileño se le da por saco cada legislatura, (sólo es cuestión de acostumbrarse al traqueteo), lo notorio está en las molestias que se proyectan en los peatones. Esto es nuevo.

Gracias a las verjas metálicas y a los pasadizos sobre las aceras podemos ver a una fila de transeúntes que camina de uno en fondo, tropezándose, a empellones los unos contra los otros, y soportando el paso en dirección contraria de otras personas que llevan el rumbo opuesto.
Gracias a las obras de remodelación de la calle Serrano el Ayuntamiento de Madrid ha creado “la reserva de indios de Serrano”. Cuando acaben las excavadoras y desmonten el tinglado, (que paga Zapatero en función de ese programa de ayuda a los municipios), quedarán menos indios tal y como es previsible.

Cuando Washington negocia con los sioux nueve tratados para llevarlos a las reservas ya se habían producido muchas bajas. Eso ocurrió en el año 1865, así que imaginen lo que puede pasar en el 2009 con los tobillos de los madrileños. Sabido es que dos obras de este alcalde equivalen a una carga de los mamelucos a caballo, de ahí su poder devastador.

Para evitar sustos se recomienda caminar de manera ordenada y se desaconseja, vivamente, pasar con carritos de niños y el tránsito de personas gruesas que pudieran quedar atrapadas para siempre en el laberinto. Y, recuerde: los indios molaban mucho pero palmaban siempre.

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Se busca chica descuartizada

marzo 22nd, 2009 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Los asesinos de Marta del Castillo no están dispuestos a soltar la mano del mango del puñal, se resisten a contar la verdad como si al sacar hacia atrás el arma homicida la sangre de la víctima les salpicara de culpa en su cara de alimañas asustadas. Estos tipos no tienen ni una gota de piedad en sus venas de canallas.
El asesinato de la joven fue una crueldad pero la prolongación de su agonía, (y por consiguiente la de su familia), es de una maldad infinita. Los ogros también existen y no tienen por qué ser personajes de cuentos, ni personas mayores. “El Cuco” y Miguel son lo peor de su especie, además saben que el juez les puede castigar a muy poco por el crimen cometido, de ahí su impunidad descarada que les lleva a no temer y al vacile con los jueces. Pertenecen a ese grupo de los que creen que la Ley es un espacio escrito que va con todo el mundo menos con ellos, y por eso se saltan los controles de velocidad, los pasos de cebra, las buenas costumbres y el respeto por la vida humana. Estos tipejos son el producto altamente desarrollado de variopintos y fracasados planes de educación en España, y de paso representan el desastre paternal reflejado en la dejadez del deber de custodia, ejemplo y enseñanza. Matones de barrio, chulos consentidos por la familia, hijos del crimen, sabedores de que la pena que les puede caer será un chiste pero su fama en prisión les llevará por el camino que ellos buscaban. Dentro de sus conciencias matar a una chica después de haberla violado es un acto corriente que no les provoca quebradero de cabeza, hasta les debió parecer divertido. ¿Por qué iba a parecerles algo malo?, ellos no tuvieron a Marta por alguien de su especie, de igual manera la podían haber emparedado o vendido a unos nómadas del desierto para que la canjearan por telas en un oasis de Libia. Les daba igual porque estos tipos son bobos por fuera y están huecos de humanidad por dentro. Valen lo que cuesta la etiqueta del chándal que llevan puesto; nada.
Lo importante es encontrar el cuerpo para que la familia cumpla el luto y deje de martirizarse cada vez que estos jóvenes cambian la declaración. Metidos en plena cuaresma y la imagen de las palas excavadoras removiendo la basura en el vertedero de Alcalá de Guadaira se asemeja a la de los pasos sevillanos que caminan con lentitud por la calle Sierpes. Cambien el sonido de los tambores por los golpes del tubo de escape y hallarán una atmósfera parecida a la de una procesión. Cambien al “ecce homo” por los restos del cuerpo de una chica joven y entonces se entenderá la “cuaresma” que vive la familia de Marta. No huele a azahar, ni a incienso, sino a basura pútrida que emite gases tóxicos. Malditos cabrones.

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La maja muy desnuda

marzo 16th, 2009 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

No es necesario viajar hasta Ibiza para encontrar el punto más libérrimo de España que está, sin duda, en la Puerta del Sol de Madrid. Kilómetro cero-pelotero. Allí donde un día se abrió el balcón a la II República hoy se puede desnudar un activista contra la caza de focas a granel y con total impunidad. Bermejo, el ministro abatido, acuñó el término “hecho cinegético” que bien podría aplicarse a estos desnudos como “el hecho en porretas” que se define por quitarse la ropa para denunciar que a las focas las cazan de manera inmisericorde con unos ganchos oxidados. Una vez abierta esa manera de protesta, y metidos en la primavera, podríamos ver otros casos semejantes de pieles rojas, teñidas de una sangre artificial que da muy bien en fotos.
Así que el primer domingo en el que hizo calorcete un grupo de “Equanimal” decidió elevar la temperatura de los viandantes con “el hecho en porretas” que hace unos años hubiera sido catalogado como escándalo público, (más bien “escándalo púbico” para las delicias de Luís Escobar en “La Escopeta Nacional”, tan aficionado el marqués de las Marismas al pelo natural). El valor de la protesta hubiera sido mayor en plena nevada, pero desde que Magdalena Álvarez visitó Siberia aquí cambió el tiempo por llevar la contraria. Pero el escándalo no viene de la piel desnuda que es poesía en sí misma sino por la matanza de animales; despellejar a un ser vivo para extraerle su abrigo debería estar penado con cientos de latigazos.
Cuentan que hasta el oso rampante giró sus ojitos hacia los nudistas porque en el mirar hay, además de denuncia, alegría del alma y gozo de la carne. Sol es tan libérrima que caben hasta protestas para que detengan masacres. Sólo faltó el sastre de Camps pero como le recibía en el Ritz no creo que tenga noción de dónde está la plaza. Además, un sastre en una concentración nudista es tan prescindible como Ortega Cano en una inauguración, (¿A que sí, Maria Dolores?). Ortega, mira quién habla.
“El hecho en porretas” impide que la policía solicite la documentación, sería otro gesto inútil: la maja desnuda no usaba DNI.

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