Entradas en mayo, 2008


El móvil de Rajoy

mayo 8th, 2008 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Nada es casual, por eso cuando Rajoy más se empeña en no abandonar la meditación en el desierto, Zaplana encuentra una salida en Telefónica que es empresa de plena cobertura. La caldera de Génova 13 es tan intensa que Acebes se está pensando aceptar el puesto de speaker del Bernabéu que le ha ofrecido Ramón Calderón, (hablará cada quince días pero le escuchará todo el mundo y podrá hacerlo sin límite de adjetivos). Siempre se ha dicho que al PP le fallaban las comunicaciones quizá por eso muchos buscan una empresa de telefonía que les ampare. A ser posible que sea una empresa de móviles porque están hartos de vivir atados a un cable anclado a la pared.
Mientras, José Blanco admite que su partido vive en un spa de relax. El PSOE esperaba a que los diputados del PP les hicieran el pasillo en la primera sesión de control, pero cada vez que Rajoy los pone firmes en la puerta, se le va alguno de la fila. Un ensayo fallido tras otro hasta caer en la melancolía de la autoridad cuestionada. Y así no hay quién haga política, ni quién rinda honores con cierta presencia. Rajoy, un tanto aturdido por el silencio del desierto en sus oídos, le ha comprado el argumentario al enemigo y pide ?tranquilidad? en los momentos difíciles. Solbes estará encantado porque ya ha conseguido que el líder de la oposición asuma los principios de la política por hipnosis, aquello de mira a mis ojos y no temas. El concepto clave es la confianza ciega: si crees en mi llegarás al reino de los cielos y a pagar la hipoteca que está igual de lejos para el español medio que no sea Taguas, (ese hombre que nada más dejar Moncloa empezó la casa por el tejado). Pero basar la política en actos de fe es algo muy arriesgado en tiempos de escasez de vocaciones; en economía el español está por meter los dedos en la llaga del Euribor y en política no parece que pedir calma sea lo más adecuado cuando ya se escuchan carreras por los pasillos. En el PP se practica la política del corrillo donde el personal se desahoga con libertad y comentan las últimas jugadas como si hablaran de la Liga de la Gaviota. Nunca antes se había dado el caso de tanta gente que sale a fumar, incluso fuman los que no les gusta el tabaco. Cuando se habla entre pitillos es porque ha regresado el tiempo de la trinchera. Y por debajo de las puertas de los despachos se escapan hasta las metáforas más perversas, de ahí que alguien tan comedido como Gustavo de Arístegui haya hablado de un ?chikilicuatre? en las listas. A estas alturas sólo hay en España dos personas que parecen ignorar su destino: Frank Rijkaard y Mariano Rajoy.
Blanco habla de Rajoy como el Llanero Solitario, lo cuál da una idea del tipo de series de televisión que le gustan a Blanco, pero no va mal encaminado. Lo cierto es que, hoy, la única manera que tiene Mariano Rajoy de volver a casa con un triunfo es coger una bufanda, echarse a la calle y caminar hasta La Cibeles para confundirse con los hinchas del Real Madrid. Eso y no perder la esperanza.

Compartir:


Franco en colorines

mayo 7th, 2008 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

¡Dios santo, Massiel opina!, con este lío de Eurovisión acabaremos viento a Massiel en ?tengo una pregunta para usted?, y a Iñigo reconociendo sus trienos en el CNI. Todo un disparate cantado.

En la trama aparecen Franco, Adolfo Suárez y Juan José Rosón. Sólo falta el obispo de la Seu D? Urgell que seguro algo oculta. Argumento perfecto para hacer una película de bajo coste y de muchas risas. Al final, a aquel señor bajito y de voz funesta, lo que más le importaba es que España ganara Eurovisión. Y todo porque, (seguro), doña Carmen le daba la tabarra cuando se sentaban a cenar en la mesa de camilla: ?¡Paco que nos ganan!?, ?¡Paco que no puede ser!?, ?¡Paco!? otra vez guayomuní deux puants et rien pour lŽEspagne?. Hasta que agotó la paciencia del dictador y enviaron maletines por Europa.

España, entonces, no tendría ni para tabaco pero si hacía falta sobornar, se sobornaba. Lo cuál da idea de que el español las pasaría canutas, pero en el jurado de Eurovisión pasaban más hambre que en un asilo. Lo cuál debe ser cierto porque entre Miss España y Eurovisión algunos se han construido unos ?chaletes? de gran nivel.

Superado el trance ya sólo nos queda esperar a que Sonsoles le diga a Jose Luis que esto no puede ser, ?otra vez truas points por lŽItalie?. Y, entonces, Zapatero se levante para decir a Moratinos que saque las maletas de las grandes ocasiones. ¿No hemos pagado a unos piratas?, pues al menos pagar porque gane Chikilucuatre tiene más gracia. Y que se cabree Carod.

Compartir:


Una noche en blanco y de polispán

mayo 5th, 2008 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Que Berlanga haya dejado de hacer cine no significa que no falten argumentos. Con permiso de Luis Escobar (que en gloria esté), la celebración de la Liga del Real Madrid era el ensayo de La Escopeta Nacional IV. Desde los romanos a este siglo, todos los triunfos se han festejado con un punto hortera; éste no iba a ser menos. De ahí las bocinas de gas, La Castellana cortada y un rocío de gente a pie. Padres de familia que se habrían metido en la cama a las diez, después de la tradicional cena de tortilla francesa y loncha de jamón de york que tanto ha hecho por la dieta dominical del español. Alguno de ellos ejemplares vecinos que pierden el oremus de tal manera que aparecen en televisión como auténticos homínidos en pleno orgasmo deportivo. Ellos, sí, los que han pisoteado las flores y han trastocado el material urbano hasta dejarlo hecho un solar. Su locura la pagaron los tulipanes.
No es la subida del IPC, ni la del Euribor, lo que saca a los madrileños a las calles. Mucho menos una respuesta a la invasión de las tropas de Murat. Doscientos años después, el pueblo se echa a la calle para cantar el alirón-chimpón de un equipo de fútbol (de levantar la cabeza el teniente Ruiz, la volvería a meter en la urna de la Plaza de la Lealtad). Y de aquella noche esta resaca de lunes de triunfo y de sacar pecho en el bar, sin importarles quién pagará la limpieza de sus desmanes. Si por el entusiasmo popular fuera el autobús del Real Madrid habría sido llevado en volandas, igual que un paso de Semana Santa con Dolorosa. Y el timón del vehículo, (poco parece el volante para la ocasión), guiado por el brazo incorrupto de la Santa de Avila. Raúl bajo palio. Curas, sotanas, monaguillos, repique de campanas y todo para configurar un cuadro más barroco que el de la coronación de Napoleón por el Papa Pío VII en Notre Dame. Y ya puestos unas jornadas de amnistía fiscal para que el pueblo llano experimente la satisfacción que conocen los Albertos.

No hemos pasado, efectivamente. Se trata de la celebración de un equipo de fútbol, nada más, que ya tiene un estadio para el desparrame sin necesidad de cortar la ciudad y desbordar a La Cibeles con testosterona guerrillera. Por igual motivo nadie podrá evitar que los alumnos de una academia de bachillerato a distancia, no corten el lateral de La Castellana después de los exámenes de junio. Superar el logaritmo neperiano, a los veinticinco años, debe estar premiado tanto como ganar la Liga. La Cibeles, superviviente de los fanfarrones y de la Guerra Civil, no tiene porqué aguantar este carrusel de lo hortera, tan demoledor y de vergüenza ajena. Hacen unas reproducciones de polispán estupendas y caben en el Bernabéu.

Compartir:


Una noche en blanco y polispán

mayo 5th, 2008 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Que Berlanga haya dejado de hacer cine no significa que no falten argumentos. Con permiso de Luís Escobar, (que en gloria esté), la celebración de la Liga del Real Madrid era el ensayo de ?La Escopeta Nacional IV?. Desde los romanos a este siglo todos los triunfos se han festejado con un punto hortera, éste no iba a ser menos. De ahí las bocinas de gas, La Castellana cortada y un ?Rocío de gente? a pie. Padres de familia que se habrían metido en la cama a las diez, después de la tradicional cena de tortilla francesa y loncha de jamón york que tanto ha hecho por la dieta dominical del español. Alguno de ellos ejemplares vecinos que pierden el ?oremus? de tal manera que aparecen en televisión como auténticos homínidos en pleno orgasmo deportivo. Ellos, sí, los que han pisoteado las flores y han trastocado el material urbano hasta dejarlo hecho un solar. Su locura la pagaron los tulipanes.
No es la subida del IPC, ni la del Euribor, lo que saca a los madrileños a las calles. Mucho menos una respuesta a la invasión de las tropas de Murat. Doscientos años después el pueblo se echa a la calle para cantar el alirón-chimpón de un equipo de fútbol, (de levantar la cabeza el teniente Ruiz, la volvería a meter en la urna de la Plaza de la Lealtad). Y de aquella noche esta resaca de lunes de triunfo y de sacar pecho en el bar, sin importarles quién pagará la limpieza de sus desmanes.
Si por el entusiasmo popular fuera el autobús del Real Madrid habría sido llevado en volandas, igual que un paso de semana santa con Dolorosa. Y el timón del vehículo, (poco parece el volante para la ocasión), guiado por el brazo incorrupto de la santa de Ávila. Raúl bajo palio. Curas, sotanas, monaguillos, repique de campanas y todo para configurar un cuadro más barroco que el de la coronación de Napoleón por el Papa Pío VII en Notre Dame. Y ya puestos unas jornadas de aministía fiscal para que el pueblo llano experimente la satisfacción que conocen los Albertos.
Nos hemos pasado, efectivamente. Se trata de la celebración de un equipo de fútbol, nada más, que ya tiene un estadio para el desparrame sin necesidad de cortar la ciudad y desbordar a La Cibeles con testosterona guerrillera. Por igual motivo nadie podrá evitar que los alumnos de una academia de bachillerato a distancia, no corten el lateral de La Castellana después de los exámenes de junio. Superar el logaritmo neperiano, a los veinticinco años, debe estar premiado tanto como ganar la Liga.
La Cibeles, superviviente de los fanfarrones y de la Guerra Civíl, no tiene por qué aguantar este carrusel de lo hortera, tan demoledor y de vergüenza ajena. Hacen unas reproducciones de polispán estupendas y caben en el Bernabéu.

Compartir:


Los héroes de mayo de 1808

mayo 4th, 2008 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

No son héroes porque una vez, cada doscientos años, se monte un festejo al que acuden las autoridades. Tampoco son héroes porque les han dedicado mil columnas de periódico y cien libros con grabados de Goya. Fueron héroes desde el momento en el que gritaron libertad sabiendo que eran minoría ante el ejército francés. Eran gente corriente, españoles, tipos de la calle a los que dieron sepultura a paletadas en fosas abiertas para la ocasión. No había leído a los ilustrados, tampoco tenían una idea cierta de lo que era una nación pero sí tuvieron un orgullo extraordinario. Ellos, la carne de cañón, dignísimos hijos del pueblo español, tuvieron los redaños para pelear frente a la mayor maquinaria bélica del momento. Fueron los que les sacaron las castañas del fuego a una aristocracia acomodada, a una burguesía sin honor, a un ejército que no sabía cuál era su bandera: si la sumisión o la de España.
Como pago a su esfuerzo y a su brava pelea, la monarquía los traicionó anulando la Constitución de Cádiz y el clero regresó a la Inquisición que significaba el eterno castigo a la ?funesta manía de pensar?. Los tenientes Daoiz y Velarde murieron sin saber qué sería de España, pero no por eso aflojaron en su empeño. Si los franceses tenían cañones y munición: ellos, los españoles, le echaron el valor de los que nada tienen que perder. Más tarde esos ilustrados y liberales tendrían que coger el cambio del exilio para escapar de la hoguera o del pelotón de fusilamiento. El siglo XIX empezó con la alegría de Cádiz, con la heroicidad del 2 de mayo, pero luego se prolongó en más de cien años de represión y sotanas, descontando los episodios de las dos repúblicas y algún conato liberal. Hasta es posible que Franco sea una consecuencia del XIX, otro general de espadón, (como Narváez y Espartero).
La historia de España está plagada de buena gente que dio su vida por cambiar lo imposible. Fueron marinos como el comandante Cervera que salió a combatir en la bahía de Santiago de Cuba, aún conociendo su fatal destino. Fueron los defensores de la posición de Igueriben, en Annual, aquellos que emitieron el siguiente texto con un heliógrafo: ?no tenemos agua, ni municiones. Nos quedan doce balas de cañón. Contadlas. Al acabar la última disparad sobre nuestra posición porque estaremos mezclados con los moros en combate cuerpo a cuerpo?.
Y, fueron, los héroes del 2 de mayo de 1808. Todos ellos españoles de bien a los que nunca alcanzó ni la modernidad, ni un título nobiliario. Eran sastres, muleros, gañanes, palafreneros, gente de cantina y de pocas palabras. Napoleón sería un emperador, pero ellos? ¡gente indomable!

Compartir: