Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS
RETRATO
Origen. Madrid, 1968. Currículo. Trabaja como técnico de laboratorio en la sanidad pública madrileña. Se inicia en el Monopoly, (como todo el mundo), cuando era un niño: «era el típico juego que en casa se jugaba en familia». Antes de ser Campeón del Mundo lo fue de Madrid gracias a una promoción de este juego que realizó EL MUNDO. En Tokio compitió contra 38 países. Aficiones. «Hacer deporte y viajar todo lo que puedo». Debilidades. «Mi mujer y mi niño, sin duda». Virtudes. «Soy tranquilo y sé adaptarme a las situaciones». Defectos. «A veces… ¡algo cabezón! (mi mujer lo soporta)».
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Aquí al Monopoly le damos una dimensión de torneo de mesa de camilla, pero cuando Antonio Zafra ganó el Campeonato del Mundo, en Tokio, del cielo cayeron papelitos y al tiempo que sonaba el himno nacional español le colocaban una banda de campeón. El Monopoly es un juego de truhanes que apuestan dinero de mentira pero donde se pugna por calles como si fueran de verdad.
Pregunta.- ¿Ha llegado la especulación al Monopoly?
Respuesta.- El Monopoly es como la vida: cuanto más dinero tienes, más rico te haces. Si eres pobrete te empiezas a arruinar.
P.- ¿Carmen Chacón es ministra del Monopoly?
R.- Lo nuestro es un juego que se guarda en una casa, pero lo de la vivienda está muy mal porque es una hipoteca a muchos años.
P.- ¿Tiene algo que ver con El Pocero?
R.- ¡Ojalá tuviera esa cantidad de pisos que tiene él! (aunque últimamente no le va demasiado bien).
P.- ¿El juego es cosa seria?
R.- Cuando lo tomamos como un torneo, sí. Pero lo principal es ir a divertirse. Yo gané la final porque iba a divertirme.
P.- ¿En su barrio qué dicen?
R.- Mis amigos lo tomaron a cachondeo, está claro. Yo no soy ningún friki del Monopoly sino que aproveché la oportunidad que se me presentó y disfruté mucho.
P.- ¿Cuándo revalida la corona?
R.- Soy Campeón del Mundo desde el año 2004, este año tocaba competir, pero es posible que se retrase por el nuevo Monopoly Mundial.
P.- ¿Está realmente entrenado?
R.- Me gustan todos los juegos de mesa, pero ganar fue producto de la casualidad.
P.- ¿Ser campeón le ha cambiado la vida?
R.- Para nada. Tengo mi trabajo y mi hipoteca… eso sí, gané algo de dinero y pude hacer un viaje a Japón.
P.- ¿Se forró con el premio?
R.- Hice lo que sueñas de pequeño: ganar el dinero de la caja del Monopoly. Gané billetes que eran de verdad, un dinero que siempre viene bien.
P.- ¿Era buena viruta?
R.- 15.140 dólares, que para este juego está muy bien.
P.- ¿Hubo tensión en la final?
R.- Un poco, empecé ganando claramente y los contrarios pactaron un movimiento para intentar cortar mi juego.
P.- ¿Experimentó la soledad del portero ante el penalti?
R.- Cuando uno cree que lo tiene ganado pero maniobran en contra, te pones un poco nervioso.
P.- ¿Tiene algo contra La Oca, o el Parchís?
R.- Para nada, yo juego a lo que se me ponga.
P.- ¿Y con el Mus?
R.- Me encanta. Como cualquier español soy ‘Campeón del Mundo de Mus’. Para jugar bien al Monopoly me he entrenado con el Mus.
P.- ¿Quién es un buen jugador?
R.- Aquel que trata de arruinar al contrario y que consigue un poder que normalmente en la vida real no se alcanza.
P.- ¿Incluso arruinar amigos?
R.- ¡Quién no ha arruinado a un amigo!, si puedes lo haces. Luego se guarda la caja y tan tranquilos.
P.- ¿Fue tan mal hijo que arruinó a su padre?
R.- De pequeño era una especie de venganza personal jugar contra tus padres. El niño experimenta cierta alegría cuando gana dinero de papel a su padre.
P.- ¿Qué es lo más divertido?
R.- Lo principal es que te puedes reunir con varios amigos entorno a una mesa.
P.- ¿No es cruel perseguir la bancarrota?
R.- El final de todos los juegos es la eliminación del contrario. Pasa igual en la vida.
P.- ¿Aguirre y Gallardón juegan al Monopoly?
R.- No lo sé, me imagino que la partida sería un poco tensa. Y, de momento, a uno le han sacado del tablero.
P.- ¿Pero ese uno puede volver?
R.- Claro, la negociación es fundamental.
P.- ¿Todo se compra y se vende?
R.- Hay cosas que son imposibles de comprar porque no tienen precio. Hablo de la familia y de los amigos.
P.- ¿En el Monopoly también sube el IPC?
R.- Claro, se tiene que ajustar porque se inventó en 1935 y los precios se han tenido que actualizar.
P.- ¿Madrid es una ciudad cara?
R.- Por supuesto, tanto para vivir como para jugársela en una partida.
P.- ¿Es usted el Fischer de los hotelitos?
R.- ¡No!, Bobby Fischer fue un gran campeón, y yo un simple aficionado al que le gustan los juegos de mesa.
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