Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS
RETRATO:
Origen: Palencia, 1944. Currículo: Empezó ingeniería pero lo dejó, «luego me metí en negocios originales: fui detective privado, tuve una empresa de transportes blindados, trabajé en congelados y me convertí en productor de películas, entre ellas Inquisición, con Paul Naschy». La primera vez que se dio cuenta de su elasticidad fue cuando movió unas vigas de construcción con 17 años. «En televisión he estado 117 veces». Aficiones: «El baile y la vida sana, soy vegetariano». Debilidades: «Soy coleccionista de colecciones, hago colección de bombillas». Virtudes: «Leal a mis amigos. Me gusta ser franco (algo también políticamente)». Defectos: «Soy pesado cuando quiero algo».
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No tiene el carné del hombre más forzudo de Madrid pero tampoco le hace falta. Su récord está en arrastrar un coche durante siete kilómetros y medio. «Y una noche, después de bailar seis horas en la discoteca me dije… ¿A que me apunto a la maratón de Madrid? Fui y la acabé». Puede coger una cuchara de café con mimo o levantar un contenedor de papel lleno. Siempre va en manga corta y en bicicleta, da igual que caigan chuzos de punta. Apenas duerme y nunca ha pisado un gimnasio, ¿para qué?
Pregunta.- ¿Es el hombre más fuerte de Madrid?
Respuesta.- ¡No!, qué va… quizá comparado con la gente de mi edad. Eso sí, la resistencia que tengo no la tiene un chico de 20 años.
P.- ¿Es una persona «normal»?
R.- No, desde luego. Digamos que me dedico a promocionar la salud.
P.- ¿Y algo friqui?
R.- No querría, alguien me ha colocado alguna vez el apodo pero no me gusta ser friqui.
P.- ¿Cuál es su récord?
R.- Levanté un coche por el eje mientras le cambiaban las ruedas durante un minuto, también he remolcado tres coches cincuenta metros en menos de un minuto.
P.- ¿Llegará a vivir 200 años?
R.- Incluyendo el IVA no lo sé (risas). Me han dicho que debería llegar a cumplir 120 sin problemas.
P.- ¿No le agobia ser longevo?
R.- ¡Uy!, con la cantidad de cosas que me quedan por hacer, ¡ni hablar!, necesito vivir más años.
P.- ¿Siempre en manga corta?
R.- No miro la temperatura, voy a otra cosa, no pierdo el tiempo. A veces me pongo un chisme de manga larga por no acomplejar (risas).
P.- ¿Qué le dicen por la calle?
R.- El año pasado, con un viento de doce bajo cero (el día más frío de los últimos años), me preguntó un taxista si no tenía frío y le dije que no sabía. «¡Como han quitado los termómetros!»…
P.- ¿El baile es su otra vida?
R.- Para mí el Joy Eslava es mi segunda casa, nunca he pagado.
P.- ¿Allí se le conoce?
R.- Mi sitio es el lugar donde la pista de baile está más gastada (risas). Aplico un sistema al que llamo «baile deportivo».
P.- ¿Sudará mucho?
R.- No, es lo curioso aunque puedo perder seis kilos bailando, pero evaporo por la respiración.
P.- ¿Le reclamará la NASA?
R.- Por el momento no, pero una universidad americana se ha interesado por mí.
P.- ¿Cuál es el secreto?
R.- Llevar una alimentación correcta: ni fumo, ni bebo. Lo más importante es tener una conciencia limpia, no hacer faenas a los demás.
P.- ¿No tiene enemigos?
R.- En absoluto, aunque a alguno le daría un capón bien dado por las que me han hecho.
P.- ¿Hay políticos con su resistencia?
R.- Creo que no. Aunque alguno podría con el contenedor porque está lleno de basura.
P.- ¿Es muy de derechas?
R.-… mucho, mucho no. Lo suficiente, lo que se tiene que ser.
P.- ¿Algo nostálgico?
R.- Nunca pensé que tuviera que serlo tanto. Me gusta el chiste de «antes vivíamos francamente bien y ahora realmente mal».
P.- ¿Tiene claro su voto?
R.- Siempre; una vez voté al centro pensando que era lo mejor, ¡y buena la hicimos!
P.- ¿Ha estado enfermo?
R.- No me resulta práctico ponerme malo, hace unos años me acatarré y era incomodísimo acordarte del termómetro y las medicinas.
P.- ¿Incansable en todo?
R.- Puedo bailar diez horas en una discoteca (y no sudo). También he estado diez días seguidos en las Fiestas de San Isidro.
P.- ¿Es un superhombre?
R.- No, por Dios. No tengo capa de Supermán, ¡con el calor que daría eso!
P.- ¿Y el Obélix del Retiro?
R.- Obélix pesaba más que yo, pero a Depardieu le ganaría seguro.
P.- ¿Nunca se ha enfadado?
R.- En principio evito las peleas, a veces en la discoteca me han empujado (y he tenido discusiones).
P.- ¿Hizo que pareciera un accidente?
R.- Sí, uno voló cuatro metros para luego caer al suelo. Era algo exasperante.
P.- ¿Tampoco discute en la calle?
R.- En alguna bronca de tráfico he acabado con la amistad del oponente. Procuro sacar el lado positivo de las cosas.
P.- ¿Es más fuerte porque está soltero?
R.- Pues sí, ¡qué se le va a hacer!
P.- ¿Su fuerza asusta?
R.- Muy al contrario en las discotecas se me echan encima. A mí con las mujeres lo que no me pasó a los 20 años me pasa a los 60.
P.- ¿El sexo es más que un músculo?
R.- Yo creo que es otra cosa distinta, ahí no hay proezas.
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