Entradas en diciembre, 2006


Polonio 210

diciembre 8th, 2006 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Siempre se dijo que deberíamos temer más que el final de la antigua URSS las consecuencias de su desguace. Paco Rabanne, el modista, creyó que la estación espacial MIR caería sobre el techo de su estudio en París y se marchó a otro lugar. Como modista será un hacha pero como futurólogo un desastre.
El envenenamiento y posterior defunción del espía Litvinenko con una sustancia llamada Polonio 210 abre un nuevo capítulo del periodismo ficción, las noticias se redactan como si fueran parte de la trama de una novela con vocación de best-seller. El colmo ha sido encontrar restos de Polonio en unos aviones, en el estadio del Arsenal y en otros doce puntos más de la ciudad de Londres. El isótopo radiactivo se propaga con más facilidad que la canción del verano, por lo tanto peligro.
No tenemos los planos de dónde se dejaron restos contaminados, tan sólo sabemos que se trata de una sustancia barata, de fácil adquisición y que puede ser la bomba atómica de los pobres. Cualquiera puede resultar infectado y luego convertirse en la correa de transmisión de la muerte.
Los científicos dicen que las bacterias sobrevivirán al hombre, son más duras, pueden esperar siglos a que alguien las resucite del interior de una piedra y soportan todo tipo de temperaturas. El Polonio 210 no sabemos si se quitará con agua, hasta el momento nuestra defensa era la higiene pero parece que contra la ira de los isótopos radiactivos no vale el zotal.

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«Hasta las personas somos reciclables»

diciembre 7th, 2006 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

RETRATO
Origen. Orense, 1967. Currículo. Licenciado en Medio Ambiente. Coordina los equipos y realiza estudios de impacto ambiental en Madrid capital (por el momento, se centran en la almendra interna de la M-30). Su cargo es el de especialista en control de calidad de limpieza urbana y residuos. Sus primeros trabajos estuvieron relacionados con la Informática, pero «el medio ambiente me tira más». Aficiones. «Hice atletismo durante siete años. Lo dejé por una sinusitis». Debilidades. «Hasta hace un par de años, hablar en público». Virtudes. «Paciencia. No me agobian los problemas; al contrario, los afronto». Defectos. «Desordenado y tímido en ocasiones».
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Trabaja en ATJ Consultores y es el jefe de los equipos que recorren Madrid buscando en los cubos amarillos. Él también se patea las calles de madrugada con unos guantes y una linterna. Su misión consiste en analizar los residuos y advertir a los vecinos que lo hagan mal. Son el CSI de la basura.

Pregunta.- ¿Sabemos reciclar?

Respuesta.- En general, no sabemos reciclar por falta de información y porque no se han preocupado por tenerla.

P.- ¿Comparte el futuro negro que dice Al Gore?

R.- Puede ser perfectamente, hay muchas cosas del medio ambiente que ya no tienen remedio, como los animales que han desaparecido.

P.- ¿Lo más contaminante?

R.- Una pila tirada al agua se hincha y pasa 300 años flotando en aguas contaminadas.

P.- ¿Qué tiene peor reciclado?

R.- Los componentes electrónicos y los tóxicos (hay que llevarlos a los puntos limpios).

P.- ¿El hombre acabará con él?

R.- Igual llega un solo loco y tira una bomba, es una destrucción más rápida que asolar el medio ambiente

P.- ¿El futuro es verde o marrón?

R.- Yo soy optimista y creo que el futuro tiene que ser verde.

P.- ¿El pesimista, un experto bien informado?

R.- [Risas] ¡También pudiera ser!

P.- ¿Reciclamos más de boquilla?

R.- Sí, hace falta conocer cómo se debe reciclar para hacerlo bien.

P.- ¿Cómo lo hacemos en Madrid?

R.- En los cubos amarillos tenemos la costumbre de tirar papel y cartón de todo tipo.

P.- ¿Una caja de preservativos?

R.- Eso sería de lo más normal que nos hemos encontrado… pero no se debe echar porque es cartón. No tiren la caja; el condón sí.

P.- ¿Lo más insólito en cubo amarillo?

R.- Hace poco nos encontramos con un neumático, pero hemos visto tostadoras y radiocasetes. Incluso una minicadena.

P.- ¿Llama la atención su trabajo?

R.- Algún portero nos ha preguntado lo que hacemos y les respondemos que un estudio de cubos de envases para el Ayuntamiento.

P.- ¿Cómo actúan?

R.- Recorremos una calle entera, previamente planificadas las rutas de estudio en los siete distritos centrales, (siempre según el sentido de las agujas del reloj). Nos fijamos si hay cubo amarillo y en su contenido.

P.- ¿Vuelcan el cubo?

R.- No, tanteamos sólo las bolsas superiores, nunca se pueden abrir. La bolsa que pesa poco es de envases, la que pesa mucho tiene restos.

P.- ¿Problemas con los vecinos?

R.- Ninguno. Sí es verdad que nos preguntan por que nos ven haciendo fotos, mirando cubos, sacando bolsas.

P.- ¿Alguien ha escurrido el bulto?

R.- Una vecina le echaba la culpa a otro de la casa de al lado. Algunos acusan a los comercios próximos.

P.- ¿Conscientes de que lo hacemos mal?

R.- Muchos se resignan y te dicen: «¡no lo hacemos bien, no!». Lo asumen.

P.- ¿Pueden sancionar?

R.- No, sólo miramos, estudiamos y detectamos las anomalías. Posteriormente se envía una fotografía a la comunidad de vecinos.

P.- ¿Ni una advertencia?

R.- Nada, porque reciclar no es obligatorio.

P.- ¿El cubo amarillo es el gran misterio?

R.- Hay muchos que no saben lo que tienen que echar ahí. El cubo amarillo por fuera podría tener dibujos para que ilustrara más.

P.- ¿Hacen una campaña limpia?

R.- Fíjese que más que incidir en reciclar nos gustaría que la gente supiera que no deben estropear el trabajo de quienes ya reciclan.

P.- ¿Los ricos reciclan peor?

P.- No tiene nada que ver, recicla igual de mal el rico que el pobre.

P.- ¿Dónde acaban los residuos?

R.- Si todo está bien en el cubo amarillo, su contenido acaba en Valdemingómez.

P.- ¿Nos llevará años acostumbrarnos?

R.- Sin duda, dentro de poco una normativa europea obligará a separar la materia orgánica en bolsa aparte.

P.- ¿Vamos a saber hacerlo?

R.- Hay que romper con la costumbre de no bajar la bolsa de basura hasta que está a punto reventar. En el caso del reciclaje, cuando la bolsa esté poco llena se baja y deja de ocupar sitio en casa.

P.- ¿Todo es reciclable?

R.- Sí, hasta las personas somos reciclables… al final somos polvo, (no somos nada).

P.- ¿Cumple con el código deontológico de la limpieza?

R.- Sí, prácticamente sí. Aunque hay veces que en tu casa, pues…

P.- ¿No ha tirado nunca un papel?

R.- ¡No! Al revés, meto el papel en el bolsillo e igual me aparece allí dentro de dos semanas.

P.- ¿Reprime a los que lo hacen?

R.- No suelo decir nada, no soy de las personas que dicen cosas…

P.- ¿El mensaje final cuál es?

R.- Pues que si te has encontrado un bosque, no lo dejes hecho un asco. Igual que si entras en un baño. Lo mismo.

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«El atasco es una excusa para todo»

diciembre 6th, 2006 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

RETRATO:
Orígenes: Valladolid, 1979.
Currículo: Licenciada en Derecho y Empresariales (ICADE), trabaja en la banca.
Al margen de su trabajo como ejecutiva decidió reflotar un antiguo tablao flamenco del centro de Madrid para convertirlo en un local neoyorkino, empresa en la que participa junto a otros ocho socios. De manera intencionada ha buscado un ambiente moderno con una cocina tradicional, no hay nada minimalista en los platos, el concepto ?ración española? se mantiene en su abundancia bíblica.
Aficiones: ?leer, viajar e ir al cine?.
Debilidades: ?me vuelve loca comer chocolate. Un vicio que no puedo contener?.
Virtudes: ?tenaz, activa y muy responsable?.
Defectos: ?un poco cabezota y aunque tengo buen carácter ¡también tengo mis momentos!?.
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Las dos pasiones confesables de Carla Pesquera son la gastronomía y los viajes. Resultado de las millas acumuladas como pasajera es el gusto por los locales de estética moderna y no ha parado hasta conseguir un trozo de Manhattan cerca de la Plaza de Santa Ana. Su restaurante Mezklum extrema el cuidado en la decoración y cuenta con una original manera de comer en Madrid: tumbado. Esto ya lo hacían los romanos en los triclinium, pero la moda, que siempre manda, dice que es un estilo que viene de Nueva York.

Pregunta.- ¿Por qué comer tumbado?

Respuesta.- Pensamos que era un buen reclamo que ya funcionaba fuera de España. ¡Pero también tenemos mesas para comer sentado como en un restaurante normal!

P.- ¿En homenaje a Roma?

R.- Nos pareció que era una zona muy bonita, con unas cortinas, las camas y una fuente en medio.

P.- ¿Hay derecho a siesta?

R.- (Risas), ¡si quieres quedarte… pero sólo hasta las cinco, cuando se marchan los camareros!

P.- ¿Si hay cama, para qué tener hambre?

R.- Eso ya depende de cada uno. Lo normal es que se cene y luego… (risas).

P.- ¿Hay sugerencias para mejorar lo horizontal?

R.- Dentro del restaurante recomiendo los platos… luego ya el postre que se lo tomen fuera (risas).

P.- ¿Por qué la vida no ofrece carta para elegir?

R.- Es más divertido que haya incertidumbre, también a veces te equivocas y te comes dos primeros platos y tienes que buscar al segundo.

P.- ¿O el mismo postre?

R.- Es verdad, también pasa a veces.

P.- ¿Partidaria de la hamburguesa XXL o de la ministra?

R.- Estoy a favor de la hamburguesa y no de la ministra, siempre que a la gente se le ofrezca la información correspondiente.

P.- ¿Cuál es su pasión gastronómica?

R.- La paella y el cocido madrileño, por supuesto también la tortilla.

P.- ¿Usted cocina bien?

R.- La verdad es que poco. Los huevos fritos los rompo en una taza y luego los paso a la sartén, ¡no se estropean nunca!

P.- ¿El método no falla?

R.- Al que inventó romper el huevo en la taza hay que darle un premio como al de la fregona.

P.- ¿Y si el diseño sacrifica a la cocina?

R.- Me parecería fatal, un restaurante por encima de su diseño lo que ofrece es comida.

P.- ¿En Madrid comemos bien?

R.- Abunda mucho la comida rápida, yo la he sufrido por culpa del trabajo.

P.- ¿Quién dice «como cualquier cosa» es de fiar?

R.- No lo sé, supongo que sí… es justificable un día, no siempre.

P.- ¿Qué comerá hoy?

R.- Hoy foie y luego solomillo con queso de cabrales.

P.- Poco castizo el menú…

R.- Sí, pero son dos platos que me encantan.

P.- ¿Trabajar en el centro es una locura?

R.- Lo es. El tráfico es imposible, la gente en Madrid sabe que si quiere ir a algún sitio algo le cuesta.

P.- ¿De quién es el centro ahora?

R.- Del ocio, porque todavía en el centro es donde a todo el mundo nos gustaría vivir, al menos con determinada edad.

P.- ¿El atasco es una enfermedad natural?

R.- (Risas)… Sí, el atasco es una enfermedad crónica del madrileño y una excusa para todo. Yo lo sufro, me desespero y escucho música.

P.- ¿Se aprende a comer viajando?

R.- Sí, este verano estuve en Vietnam y en Camboya, donde tienen una gastronomía muy interesante.

P.- ¿Allí dan paellas?

R.- Toman arroz pero le aseguro que no sabe igual. La comida camboyana es buenísima, pero limitada al arroz.

P.- ¿Pueblo que come bien, pueblo feliz?

R.- No hay nada más que ver el carácter de la gente en los países donde se come bien: España, Italia, Francia, etc…

P.- ¿Su capital gastronómica?

R.- En París se come refinado, pero en Nueva York comes de todo y muy bien.

P.- ¿Se levanta a las tres de la mañana para ir a Mercamadrid?

R.- ¡No!… alguien tiene que ir a las tres de la mañana a Mercamadrid, ¡pero no soy yo!, eso es cierto.

P.- ¿Seguro que no lo dice su contrato?

R.- He mirado perfectamente hasta en la letra más pequeña y no venía nada, además soy abogada.

P.- ¿Qué no pasa en un restaurante?

R.- En torno a una mesa pasa de todo, hace poco presencié cómo se rompía una pareja.

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Aguirre estudió kung fu en un monasterio

diciembre 4th, 2006 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Estaba yo en posición horizontal de domingo por la tarde, empty your mind (vacía tu mente), cuando lo volví a escuchar por decimoquinta vez y lo comprendí todo: «Be water, my friend», (sé agua, amigo). Han tenido que resucitar a Bruce Lee, en una entrevista de 1971, para que nos diéramos cuenta, ahí está la clave: la fuerza de Esperanza Aguirre reside en dominar las milenarias artes marciales. Como Kung Fu ha aprendido del tigre la tenacidad, de la cigüeña la gracilidad al moverse, y del dragón la capacidad de cabalgar sobre el viento (léase volar en helicóptero y escapar al batacazo). Podrá estar orgulloso el maestro de pupilas transparentes, su pequeño saltamontes ha perfeccionado las técnicas que le enseñó.

Se pasó por el templo Shaolin donde aprendió chi kung (respiración), le da una dimensión desconocida y útil para un político. Ninguna otra persona sale airosa de un pariente que representa una obra de teatro titulada Me cago en Dios, ni de una biografía escrita con tinta inoportuna, ni de las inquinas del partido, ni de los desplantes de Alberto Ruiz-Gallardón, ni del tamayazo, ni del episodio del doctor Luis Montes, ni del peloteo de Telemadrid, ni del director general del Suelo que tuvo que dimitir porque ya no podía negarlo todo por más tiempo, y por supuesto lo de la plaza de toros de Móstoles.

El anuncio lo dice todo, pongan a Esperanza Aguirre en un acto público y será amable, luego en un debate y será encarnizada, sitúenla en una recepción y será una dama exquisita, ¡pero cuidado porque puede golpear duro! (drip or crash). Le deberían hacer un seguimiento cardiológico, seguro que no le suben las pulsaciones ni cuando dobla a David Carradine en las escenas más fuertes de la serie.

Por lo tanto la oposición, más que enfangarse en una lucha dialéctica que no impide el despegue en las encuestas de la presidenta de la Comunidad, debería estudiar artes marciales. Más repasar Kill Bill y más horas en la Filmoteca viendo viejas películas de samuráis. Para vencer a Esperanza Aguirre en las urnas les hace falta que el maestro forjador de espadas samuráis, Hattori Hanzo, les temple un hierro en condiciones. Y luego aprender a responder a los golpes de la presidenta con el movimiento de la serpiente o el salto del grillo. Por el método tradicional van apañados.

Tan seguro estoy de lo que digo que Esperanza Aguirre debe de llevar en el antebrazo la marca a fuego de los alumnos que salían del templo. Un tatuaje como el de Kung Fu, por eso siempre lleva manga larga.

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