Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS
«Según Aviación Civil, poco menos que tenemos alucinaciones colectivas» / ¿En la tarjeta qué pone? «Alcaldesa de Belvis, lo de pedánea no lo digo» / «Desde mi mesa se pueden leer las matrículas de los aviones al despegar» / «Lo que me gusta es informal, amoral o engorda» / «Hoy reconozco que fui autora de unas pintadas que hicimos en tiempos de Franco»
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Orígenes. Belvis (1964). «Soy la última persona que ha nacido en el pueblo». Currículo. Es alcaldesa desde la última legislatura (una de las dos que tiene IU en la Comunidad) y antes trabajó como comercial en ordenadores y telefonía móvil. «Mi vida política comienza con 11 años repartiendo Mundo Obrero a escondidas y realizando algunas pintadas contra Franco (esto parece Cuéntame)».Es miembro del PCE. Aficiones. «Pasear por el campo, la poesía y pintar al óleo». Debilidades. «Como pecado, el goloseo todo lo que me gusta es informal, es amoral o engorda (risas)». Virtudes.«La sinceridad y ser amiga de mis amigos». Defectos. «A veces, la misma sinceridad».
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Belvis es al nuevo aeropuerto de Barajas lo que el poblado de Astérix al poder de Roma: un pequeño punto de brava resistencia numantina. Su alcaldesa es roja, tenaz y peleona; tiene el despacho en una torre que a diario peinan 240 aviones. Técnicamente se llama la huella sonora, (como aquel disco de Radio Futura), pero en este caso el ruido es infernal. Huele a queroseno y a especulación.El pueblo tiene 55 años y 350 habitantes
Pregunta.- ¿Alcaldesa, me escucha?
Respuesta.- ¡Sí, perfectamente, a pesar del ruido! Vivimos bajo las sombras de los aviones y las incertidumbres.
P.- ¿Tanto afecta el ruido?
R.- Sobre todo los cargueros nocturnos, aviones viejos a los que les cuesta remontar. Durante el día, si respetan las rutas aéreas, es perfecto, pero no siempre ocurre.
P.- ¿Multan a los malos pilotos?
R.- No existen sanciones. Según Aviación Civil, las infracciones son menos que nuestras denuncias, poco menos que tenemos alucinaciones colectivas.
P.- ¿A qué suena alcaldesa pedánea?
R.- Suena rarísimo, no me gusta nada, prefiero serlo de una entidad local menor (risas). Dependemos de Paracuellos del Jarama.
P.- ¿En la tarjeta qué pone?
R.- Alcaldesa de Belvis, lo de pedánea no lo digo.
P.- ¿Aquí no hay quién viva?
R.- Hemos mejorado bastante desde que empezó a venir la prensa a Belvis, ahora los ruidos son más llevaderos.
P.- ¿Alguien se ha marchado?
R.- Algunas personas se lo están planteando porque tienen miedo a los aviones a baja altura, más la contaminación que generan.
P.- ¿Su despacho es peligroso?
R.- Desde mi mesa se pueden leer las matrículas de los aviones al despegar, creo que por eso me han colocado aquí (risas).
P.- ¿Esto es el progreso?
R.- ¡No! Si el progreso significa pasar por encima de la tranquilidad, la seguridad y el bienestar de las personas, para mí no lo es.
P.- ¿Está sola?
R.- No, la plataforma de afectados la componemos 28 ayuntamientos que representan a 800.000 vecinos.
P.- ¿Le apoyan en Paracuellos?
R.- Nada, el primer apoyo fue aprobar la ruta aérea que nos está machacando.
P.- ¿Es una venganza política?
R.- También puede ser que yo no caiga simpática. El alcalde de Paracuellos no ha venido nunca, ni ha llamado para apoyar.
P.- ¿En cuántos idiomas le han hecho preguntas?
R.- Hemos salido en la tele alemana, en la portuguesa, en la holandesa los japoneses creo que están por llegar (risas).
P.- ¿Qué se preparen en Campo Real?
R.- Creo que el nuevo aeropuerto no irá a Campo Real, sino a terrenos que están mirando en Guadalajara.
P.- ¿Abandonarán Belvis?
R.- En el pueblo hay dos posturas: los que no quieren estar y otros quieren esperar a que se cumplan los compromisos del aeropuerto con el Ministerio de Medio Ambiente.
P.- ¿Hay especulación?
R.- La quieren solapar, pero existe. Nuestro terreno es rústico, sin futuro de recalificación, pero un constructor muy famoso ha comprado grandes extensiones de terreno.
P.- ¿El futuro del pueblo?
R.- El alcalde de Paracuellos (que quizá maneja más información que yo), dice que el futuro de Belvis es ser zona de servicio para el aeropuerto.
P.- ¿Le dan miedo los aviones?
R.- No, ni me mareo. Se puede decir que tengo un buen viajar.
P.- ¿Ha dejado de cantar el gallo?
R.- ¡Qué va! El gallo canta pese a los aviones. Además, tenemos un campanario con cigüeñas que pasan todo el año en el pueblo, y eso que al cura no le hacían mucha gracia.
P.- ¿Tienen buena relación?
R.- Sí, yo soy creyente pero no practicante. Tengo una fe a mi manera.
P.- ¿Es roja e irreductible?
R.- Sí, no lo puedo cambiar porque lo he mamado de pequeña. Hoy reconozco que fui la autora de unas pintadas que hicimos de noche, en tiempos de Franco, me tocó llevar el cubo de la pintura. Fui con mi tío, y mi hermano, a poner «rojos sí» y «fascistas fuera».
P.- ¿Igual todo le pasa por roja?
R.- Pues créame que lo he pensado, es posible. Si fuera más popular, todo habría sido miel sobre hojuelas.
P.- ¿Vive algún preboste cerca?
R.- Desgraciadamente no, en las urbanizaciones de lujo que tienen altos cargos (y comandantes de aeronaves) se ha hecho más fuerza, aquí somos todos curritos.
P.- ¿Morirá en el empeño?
R.- Yo sí, mi postura es defender a mi pueblo tome el camino que tome.
P.- ¿Se imagina a su hijo piloto?
R.- Por el momento tiene seis años y pinta «no abiones» (sic).Sería peor que fuera torero porque no me gustan los toros (risas).
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