Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS
El ecosistema de Marbella está por estudiar, pero algo debe tener la zona para ser el único lugar del mundo donde plantas a un presunto y le florecen casas y deportivos. Cuerpos incorruptos aguantan años sin que les crezcan las uñas ni les salgan goteras, la galería de granujas ocupa todo el ala sur del Museo del Louvre de la delincuencia, muchos son rostros populares y la mayoría jetas de reconocida insolvencia. El golpe policial termina con una etapa en la que se conjugó el verbo pillar en todas sus formas, si algo tenía de simpática la situación es que podías hacer cola en el supermercado junto al marido de la Pantoja, un narco ruso, un tránsfuga, un desertor de las tropas de Sadam, un trilero, una miss de fin de semana, el recadero del rey Fahd y un monaguillo ajeno a la situación.
En el fondo la alcaldesa arrestada es una sentimental, Marisol Yagüe antes de ingresar en el cuartelillo se despidió de la reforma de su cuarto de baño, lloró como mujer lo que no había sabido defender como edil. El adiós al monomando y al sillón de masaje es el fin de una estirpe, (para desgracia de contratistas). La alcaldesa tiene pendiente juicio por presunto delito de malversación de fondos públicos, apenas un millón de euros en la reforma del chalet, su tres por ciento invertido en la mejora del reposo de la guerrera con el lujo que enseñan en las teletiendas. Yagüe entendió que el poder era echarse mechas platino y dos tallas menos, hasta que encontró un guardaespaldas que le hacía cosquillas en todo el consistorio. Se le podría procesar también por aquella frase tan recordada: ?aquí estoy yo que he venido con mi traje de leoparda?, así que lo de Operación Malaya le calza a la perfección. Para disimular se hizo independiente pero en realidad ha seguido las consignas del gilismo, dejándose guiar por Juan Antonio Roca que es a la recalificación y el trinque lo que Juan Tamariz a los trucos de magia: el número uno del mundo. Y acompañada por una banda que hacía mortales con salida de tirabuzón hacia atrás cuando veían un euro.
Todo ello sostenido por un tripartito en el que se llevan francamente mal, a Dios gracias, y donde socialistas y andalucistas prestaron concejales más ocupados de sus fiestas que de la gobernabilidad, para ellos el pueblo era ese estorbo que mira. La última operación policial se añade a otras como la llamada Ballena Blanca y los juicios a capos internacionales. De seguir en esa progresión aritmética el Ministerio de Justicia tendrá que estudiar una sala del Supremo sólo Marbella. Entre la documentación incautada es posible que figuren las facturas de la reforma de la casa de Yagüe, España entera contiene el aliento antes de saber de donde saca para tanto como destaca.
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