Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS
«Al Prado vamos cuando no hay nadie, de madrugada en silencio» / «Yo sin hacer nada estoy divinamente (como decía uno de mis clientes, Luis Escobar)» / «Lo único actual en el taller es la radio. Pero no escuchamos tertulias, así no hay peleas» / «Haría un artemanía en televisión» / «Lo ‘kitsch’ es una multinacional y la sede estaría en Oriente»
Hay otros museos no aptos para visitantes por los que se mueven los restauradores: las obras son eternas pero los marcos envejecen y hay que cambiarlos. En esa labor está metida Cala Bordallo, así como en atender su negocio en el centro de Madrid, donde 30 artesanos trabajan como si estuvieran en pleno Siglo de Oro.Han hecho marcos para el Museo Sorolla y también los últimos que han colgado en la exposición del Prado sobre Ribera.
Pregunta.- ¿Da gusto verse colgado en El Prado?
Respuesta.- La verdad es que sí, no sólo ahora con Ribera, también hemos reparado muchos marcos góticos.
P.- ¿Cómo toman medidas?
R.- Al Prado vamos cuando no hay nadie, de madrugada, en silencio, sacas unos metros digitales que no toquen la obra. Haces fotos y lo copias exactamente igual.
P.- ¿Acompañados por la Benemérita?
R.- Sí, como si fuéramos maletillas que torean a la luz de la luna. Por supuesto hay expertos supervisando el proceso.
P.- ¿Trabaja en un marco de belleza sin igual?
R.- (Risas) A mi me gusta mi trabajo, todos los días me dejo el gusto en esto.
P.- ¿Currar con angelitos es celestial?
R.- (Risas) Es mucho más celestial que trabajar sin ellos, son una grata compañía. Yo creo en un ángel en concreto.
P.- ¿Cómo encuentra artesanos en la era digital?
R.- Es muy difícil, tienen además una responsabilidad enorme.A quién trae algo para restaurar se lo tienes que dejar estupendamente, sin poner en peligro la obra.
P.- ¿Tiene sentido lo artesano hoy?
R.- ¡Siempre! Por eso trabajamos de manera coordinada y global
P.- ¿Madrid tiene buen gusto?
R.- Cuando termine el alcalde de hacer obras se lo diré. En mi calle abrieron zanja y va para dos años.
P.- ¿Qué es el buen gusto?
R.- Un equilibrio, algo puede estar estupendo, pero si se pasa es un horror.
P.- ¿El punto está en la obra o en quién mira?
R.- No, no: el punto está en la obra. La tienes que saber ver (esa es mi función).
P.- ¿Todo por amor al arte?
R.- Sí, sin duda. En el fondo digo: ¡qué loca! Cuando surgen problemas te puedes arrepentir
P.- ¿Dejaría su trabajo?
R.- Yo sin hacer nada estoy divinamente (como decía uno de mis clientes, Luis Escobar). Me llevo divinamente conmigo misma.
P.- ¿Trabajan como en el siglo XVI?
R.- Se asemeja bastante en cuanto a los materiales, lo único actual en el taller es la radio a todas horas, siempre con música.
P.- ¿No escuchan tertulias?
R.- No, así no hay peleas en el taller.
P.- ¿Usan ayuda mecánica?
R.- Existen copiadores pero no los usamos porque somos un taller pequeño donde se prefiere poca producción pero bien hecha.
P.- ¿Se acabó el remordimiento español?
R.- Hace tiempo que no veo esos muebles típicos de despacho de notario.
P.- ¿Eran muebles-ataúdes?
R.- Estaban a mitad de camino, hubo un tiempo en el que los despachos de todos los juristas eran de ese estilo.
P.- ¿Superados por el mueble castellano?
R.- ¡Eso es peor!, más monjil, de casa de ejercicios espirituales.
P.- ¿Oficio rentable?
R.- No, hay cosas más rentables por ejemplo cortar marcos de fábrica y pegar.
P.- ¿Emocionalmente rentable?
R.- Sí, rotundamente sí, hago aquello que me gusta.
P.- ¿Haría un artemanía?
R.- Sería bonito enseñar cómo se restaura un marco del siglo XVIII. Yo haría un artemanía en televisión.
P.- ¿Sobran piezas?
R.- La madera se rompe poco la escayola más. Si te equivocas de medidas se repite, hay elaboraciones muy complicadas.
P.- ¿Es oro todo lo que reluce?
R.- Y absolutamente auténtico (también hay oro falso, la diferencia es el triple en precio y visualmente también se nota). El oro de verdad es más complicado de poner porque es muy fino, hay que cogerlo con polonesas.
P.- ¿El buen gusto se cultiva?
R.- Sin duda, tener una cierta sensibilidad innata es importante, hay que mirar con interés las cosas.
P.- ¿Torrente entraría en su taller?
R.- (Risas) ¡Yo creo que no!… sería la antítesis del cliente ideal. Debo ser la única española que nunca ha visto sus películas.
P.- ¿Teme a los chinos?
R.- Sí, a mi negocio también han llegado. Es un arte horrible y efímero.
P.- ¿Sabe que hay muebles prefabricados?
R.- Claro y me espantan. Yo para todo soy muy artesana, también para la comida.
P.- ¿Lo kitsch es una multinacional?
R.- Sin duda y la sede estaría en Oriente.
RETRATO
Orígenes. Almendrajelo (Badajoz), 1958. Currículo. «Estudié restauración (por afición a pintar y a ver pintura), y el resto lo aprendí sobre la marcha en la antigua tienda de marcos de mi tío, en el barrio de Chamberí que tenía 50 años de antigüedad. Lo que hice fue reconvertir la tienda Analcai en algo más, en un centro artesano integral, donde se trabaja con los materiales antiguos.Luego contraté a artesanos que no venían de escuelas de artes y oficios. Curiosamente no tengo despacho, ¿para qué?». Debilidades.«La gente, la buena vida y las cosas bonitas». Aficiones. «No hacer nada cuando no trabajo». Virtudes. «Honesta y valiente». Defectos.«¡Bastante visceral!».
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