Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS
Estimada señora Aguirre… si alguien dudó de (o tuvo la osadía de poner en cuarentena) su promesa electoral de construir siete hospitales en la Comunidad, aquí aparece usted y se planta en ocho con dos jeringas y una tirita, dicho en castizo. Para los que no conozcan a Esperanza Aguirre, he aquí una muestra. Es tal su empeño sanitario que igual le entregan el próximo Premio Nobel de Medicina y la vemos en Estocolmo bailando el vals de los ilustres como una nueva madame Curie; por falta de hospitales no va a ser, los que hagan falta, que lo ha dicho la presidenta.Dicen (ya sabe lo que se aburre una lengua quieta) que el Hospital de Valdemoro se lo ha sacado con fórceps el consejero de Infraestructuras.Granados fue alcalde de esa localidad y quería trabajarse lo de su estatua ecuestre en un parque público, acto cargado de simbolismo nacional, sobre todo si aparece la tuna para completar la foto. A Fausto Fernández le huele a que las sábanas de estos hospitales van a estar llenas de gaviotas del pepé. Serán cosas de la insidiosa oposición.
Dicen también que el sistema de financiación es estupendo para el que encarga las obras, pero no tanto para el que tendrá que pagarlas dentro de treinta años, que es un plazo más largo del que decía la letra del tango pero que esperamos usted lo vea (y los demás también). Las cifras son de paseo lunar, algo de los que no tiene capacidad de comprensión el ser humano sin padecer el vértigo de las alturas. A grandes obras grandes deudas, eso mismo pensaban los egipcios. Aunque ya veremos si a quien le toca pagar no decide convertir esos centros en otra cosa, por ejemplo en grandes almacenes.
Jugar al mus consiste en llevar buenas cartas o al menos poner cara de impresionar al contrario, y en esta ocasión usted ha elevado el envite en un hospital más; sabe que es una decisión que se va a comentar mucho. Y en todo caso es una inauguración más (también usted se está trabajando la estatua ecuestre en un jardín de cualquiera de sus residencias sanitarias). Los madrileños que sufren trombos hemorroidales agudos y que desesperan en listas interminables se lo van a agradecer. Lo que me pregunto es si cuando elimine las esperas va a poner la obligación de operarse de fimosis, o cualquier otra fruslería para mantener los quirófanos calientes. Por la tranquilidad de los madrileños, Dios no quiera que le dé por jugar a los médicos con nuestra salud. Construya los hospitales, nosotros intentaremos no ingresar en ellos.
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