He tenido que asistir a un desayuno con polÃtico. La entrada del hotel estaba imposible, habÃa que sortear una hilera de coches en tercera fila, todos eran vehÃculos oficiales con las lunas tintadas y el chófer de traje oscuro. También habÃa policÃas de paisano.
Juntos, policÃas y chóferes, miraban el culo a las chicas que pasaban por la acera y se reÃan con boca de cochero cateto. Una imagen poco edificante de la cosa/causa pública.
Debo tener un problema con los coches oscuros pero me da miedo pasar entre ellos, pienso que me van a disparar, pienso que en gánster se va a mosquear porque he mirado a su rubia.
No sé si el problema es reducir coches oficiales o cambiar hábitos oficiales, o restar matonismo a las escenas cotidianas.
Ã?stos, los de esta mañana, hacÃan suya aquella expresión de Fraga de “la calle es mÃa”, y la ocupaban con total impunidad oficial, pasando de señales de tráfico y de vados permanentes. Total, el Estado es suyo y lo usan como quieren.
Luego se marcharon en sus coches-ataúdes, negros como lutos oficiales, camino de sus Ibex y de sus cuitas parlamentarias. Cada uno de ellos con tres antenas en el techo; en alguna de ellas he visto la calavera con las dos tibias cruzadas, como si fueran piratas del Euribor.
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Un viaje que hice a Roma este año (¿quieren creer que no recuerdo el mes?) coincidió con una cumbre de la FAO en dicha ciudad. No se cuantos mandatarios del mundo concentrados en el “estrecho” centro de Roma. Pueden imaginarse el despliegue de cochazos que iban, venÃan, se cruzaban tomaban avenidas y callejones. Porque claro, cada cochazo negro lleva otros dos o menos igual de negros de escolta trasera y delantera. Eso sà jalonados de motos de Carabinieri, que “aligeraban” tanta negrura. A toda mecha, es de comprender, el tema del hambre en el mundo es de prioridad extrema. Entiendo que hay medidas de seguridad y también un protocolo que seguramente hay que cumplir, pero les aseguro que, tratándose de una cumbre de la FAO era sangrante la obstentación de lujo, medios y poder. También insultante. Se debe poder hacer de otra manera. Es lo que pienso. Cómo anécdota les diré que mi avión de vuelta sufrió un importante retraso ya que los “aviones oficiales” tenÃan copado el espacio aéreo. Luego leà un reportaje sobre la comilona de “572″ platos que habÃa cerrado dicha cumbre con su consiguiente crÃtica, que supongo recordarán o pueden imaginar. Es lo que hay.
Fuera coches oficiales, fuera guardaespaldas, fuera inauguraciones y autobombo de los polÃticos. De todos, please.
Que se paguen de su ‘sueldito’ los coches y los guardaespaldas y los policÃas a coger chorizos, que es lo suyo.
Vamos a ver si alguno da el primer paso….
Yo creo que si le quita los coches oficiales, ellos se quitan de la polÃtica porque el coche es la erótica del poder. Es verdad que hay cientos, o miles, pero también es verdad que ninguno se atreve a decir que son excesivos por si acaso se quedan sin el suyo.
Esos son los mismos que luego quieren potencias el transporte público.