(“La Gaceta de Salamanca“, 29 de julio.2012)
Si tienes la oportunidad de abrir unos Juegos con una cita de “La Tempestad” de Shakespeare y acabar con Paul McCartney al piano es que la cultura está de tu parte y habla tu idioma. El derroche de talento y de cultura de la ceremonia de inauguración de los Juegos de Londres es para que los demás pidamos perdón por haber inventado a “Los Manolos” en su día, y no levantar cabeza en unos cuántos siglos. Para reconocer que la distancia que nos separa del espectáculo británico es la que media entre James Bond y Torrente que también será muy bueno en lo suyo pero tiene otra estética más ruda.
Junto a ese despliegue de talento que es tan difícil de imitar además se permitieron la broma de incluir a uno de su “tarugos” nacionales con más sentido del humor: Mister Bean. Perfecto, ceremonia redonda acompañada del rock and roll que durante años ha convivido con la más antigua tradición británica. Hubo tiempo para cantar el Dios salve a la reina y luego para bailar con los Durán-Durán y todo sin necesidad de cambiar de orquesta, aquí nos hubiera dado un ataque de pudor sólo con pensar que los mismos músicos mezclaran “Doña Francisquita” con una de Bosé, por ejemplo.
La ceremonia de inauguración no descubre a los ingleses como pueblo, ni los hace diferentes, pero sí les sitúa en la cúspide de la cultura y de la creación de principios de este siglo. Podían haber optado por una versión más tradicional y barata pero tiraron cohetes como para volver a conquistar La India a galope tendido. Lo pueden hacer sin sentir rubor de su pasado y sin que nadie tenga a mal pitar el himno porque lo considere una cosa de lores ricos y decadentes que se reúnen en clubs a fumar un cigarrito. De las mejores cosas que han hecho los ingleses es enseñar a sus ciudadanos que todos tienen derecho a participar de su pasado sin sonrojarse.
Es sólo rock and roll cantaban los Stones, y añadían “y me gusta”. Sin duda que a los demás nos tiene que gustar su manera de ser británicos asumiendo defectos y virtudes, hasta asumiendo que la reina de Inglaterra lleva unos bolsos bastante feos y pasados de moda. Son un pueblo que ama la libertad a pesar de ser los últimos en tener colonias en suelo europeo como Gibraltar.
Son unos ciudadanos ejemplares a la hora de asumir la historia aún cuándo no siempre les haya salido bien, eso es el olimpismo y lo demás que se levante Coubertin y lo vea. Si los Juegos son compartir y crear alegría en Londres han comenzado unos que tienen asegurado el éxito mientras no deje de sonar un rock & “gol”.
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