De aquí a tres semanas no sólo harán cálculos Simeone, Ancelotti y Martino, en las sedes de los partidos también se ha instalado el cálculo demoscópico que se desprende de las encuestas propias y ajenas. Nunca admitirán que miran todos los datos, la respuesta correcta es que la gran encuesta son las urnas y nosotros manejamos otros datos internos que confirman una buena tendencia. Pero, en realidad, en tiempos en los que cualquiera te coloca un rollo en power point también hay quién tira de pizarra, tiza y manguitos. Por supuesto que una imagen privada que queda dentro de los despachos de los gurús que saben interpretar la danza de las urnas. Dicen que emiten sonidos extraños y bailan alrededor de la mesa del despacho pero debe ser parte del mito.
Los cálculos del PP son sacar a todos de casa, no dejar a nadie por pereza, a mayor movilización mejor respuesta para Miguel Arias. La pizarra socialista cuenta con poner en marcha a los jóvenes porque de esa manera ganaría Elena Valenciano. En el fondo Europa es la excusa y poder salir al balcón el mensaje, pero esto tampoco lo van a admitir en los mítines. Cuentan poco con la tiza de terceros partidos que les pueden jorobar el bipartidismo, estas elecciones castigan más que las generales como previsiblemente ocurra en Francia.
Por eso Arias Cañete decía que elegir opciones minoritarias es tirar el voto, los dos partidos mayoritarios lo consideran anatema. Valenciano no lo reconoce pero sí nota falta de suelo electoral porque al PSOE le ocurren las cosas más extravagantes, por ejemplo en Madrid se hunde el PP pero tampoco emergen los socialistas porque el líder de la oposición, Tomás Gómez, es el peor valorado en las encuestas con un rechazo mayor que el del presidente Ignacio González, una locura que deben equilibrar.
La pizarra da muchos quebraderos de cabeza como aprendimos en el colegio una generación que manejábamos las declinaciones latinas y griegas con la tiza. La pizarra es un invento perverso en manos de los gurús porque nadie le garantiza al PSOE que los jóvenes, todos, estén de su parte. Imaginemos que votaran a otras opciones o al PP. Una vez pasadas las elecciones sería cuestión de guardar las pizarras sin borrar porque pueden ser buenos indicadores de las tendencias de regionales y municipales, pero a toro pasado todo son facilidades, lo que toca ahora es sumar para que reste el contrario. Quizá mejorarían con un mensaje que se proyecte en Europa y que supere ataques a la política nacional; de momento ese mensaje no existe, las europeas son una plataforma para seguir discutiendo por lo mismo que se hace en las sesiones del Congreso y del Senado. Por lo tanto el anunciado cara a cara Arias-Valenciano se puede convertir en un ring en el que aparezca la sombra de Aznar y el ectoplasma de Zapatero. De pizarra vamos estupendos pero de mensaje no tanto, metáfora válida para políticos y entrenadores de fútbol.
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