Rito milenario de la primavera: olor, tambor y luna.
Dentro de la catedral de Málaga un obispo espera “a porta gayola” la llegada de una cofradÃa.
Dios llama a la puerta con los nudillos, y las puertas se abren de par en par porque a Dios no se le puede abrir un poco.
Es la fe la que abre las montañas.
Aquà tenéis toda la fuerza de la saeta que escribió Machado: fe religiosa, creencia popular y la fuerza del mito.
El Dios primavera iba vestido de blanco el Domingo de Ramos, cientos de nazarenos arrastraban sus pies sobre el mármol y la cera.
A la muerte es costumbre no dejar que la gente vaya sola, de ahà que se monte el cortejo de un faraón.
Yo estaba allÃ, hice esas fotos. OlÃa a flor de naranjo y a incienso, también a túnica almidonada y un coro le cantaba a los tronos.
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